La energía consumida por los edificios, es una parte considerable de nuestra factura energética global y no digamos de la particular de cada uno.
Ante la necesidad de establecer reglas y cumplir con las exigencias básicas de ahorro de energía, se aprobó el Código Técnico de la Edificación (CTE), y con él, el documento básico, ahorro energético DB HE1.
Dentro de este documento obliga a los edificios de nueva construcción, reformas o rehabilitaciones de edificios existentes, con una superficie útil superior a 1.000 m2 en los que se renueve mas del 25 % de sus cerramientos.
Tras el CTE, se aprobó el RD 47/2007 sobre el procedimiento básico para la certificación de edificios
Esta obligación se materializa en etiquetar energéticamente los edificios, como si fuera en electrodoméstico.
Aún así, muchas de nuestras viviendas quedan excluidas de este ámbito de aplicación, por lo que el Ministerio de la Vivienda, realizó el PLAN ESTATAL DE VIVIENDA Y REHABILITACIÓN 2009-2012.
Todo ello por razones habitabilidad y confort, y no olvidemos las razones socioambientales y económicas, donde España como muchos otros países, está comprometida a través de varios tratados.
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